“Mis niños me están volviendo loca”, me dijo una joven madre de niños pequeños. “Mis métodos disciplinarios no parecen funcionar. Mis niños son tan obstinados. Estoy frustrada. Ellos están frustrados. Algunos días, ¡ni siquiera me gustan mis niños!”

Estas son emociones honestas de una madre muy normal. Todos nos hemos sentido de esta Nunca olvidaré cuando nos detuvimos en un mirador junto a la Autopista 36 a las afueras de Boulder, Colorado. Bárbara y yo estábamos recién casados y nos dirigíamos hacia nuestro pequeño apartamento en Boulder. Me estacioné para mostrarle a Bárbara la vista de donde estaría nuestro nuevo hogar. En ese momento todo lo que teníamos eran los regalos de boda, el mismo apellido y un montón de experiencias acumuladas en pocos días. Éramos una nueva familia.

Adelantémonos unas décadas. Ahora nuestras paredes y estantes exhiben fotografías y recuerdos de experiencias que hemos compartido juntos. Gracias a estos creadores de recuerdos y a Bárbara como cazadora de remembranzas, nuestra familia tiene huellas claras: Contamos con una identidad familiar única entre seis mil millones de personas en el mundo.

Los recuerdos son poderosas posesiones familiares que unen profundamente los corazones. Tú y tu esposa necesitan con diligencia planear sus remembranzas (así como disfrutar aquellas que llegan sorpresivamente) y tener un plan de acción para atrapar y hacer perdurar los recuerdos.

Casi todo evento tiene potencial para convertirse en un preciado recuerdo. Te daré un ejemplo: Un fin de semana durante nuestras primeras semanas de vida matrimonial, Bárbara y yo decidimos conducir durante cuatro horas hacia Wyoming para ir de pesca. Cuando llegamos, descubrimos que habían drenado el lago; así que impulsivamente decidimos ir al parque nacional Yellowstone y ver la erupción del géiser llamado Old Faithful. Ocho horas después llegamos justo a tiempo para ver la erupción. Luego miramos nuestros relojes y nos dimos cuenta de que ya nos tocaba regresar a casa.

Obviamente esa no es la mejor forma de visitar Yellowstone, pero pasamos un tiempo magnífico mientras conducíamos hablando y riéndonos. Hasta el día de hoy, esa aventura permanece como un divertido recuerdo de nuestros primeros días juntos cuando no teníamos hijos.

Construyendo recuerdos

Alguien dijo alguna vez: “Dios nos dio recuerdos para que pudiéramos disfrutar rosas en enero”. Permíteme compartir lo que he aprendido sobre cómo crear un florero lleno de rosas de tallo largo en el invierno:

Los mejores recuerdos se construyen con los seres queridos. Por eso es que el matrimonio es una unidad construída y lista para una rica producción y cosecha de recuerdos. Los recuerdos enriquecen el matrimonio dándonos el lenguaje común de las experiencias compartidas.

Cuando nacieron nuestros hijos, nos aseguramos de aprovechar los viajes en auto para divertirnos y construir relaciones. Con frecuencia jugábamos un juego llamado “escarabajo, escarabajo”, que consistía en encontrar Volkswagens escarabajos a lo largo de la ruta. Se ganaban puntos dependiendo del color o ubicación del vehículo. Gritábamos: “¡Escarabajo multicolor a la vista; cuatro puntos!”

Durante unas vacaciones, yo sabía que nos acercábamos a un depósito de chatarra que tenía por lo menos veinte Volskwagens. Cuando hicimos el giro, ¡yo estaba listo! Antes de que cayeran en cuenta, me gané como treinta puntos. Los chicos se quejaron y uno de ellos gritó: “¡Papi, eres un tramposo!” ¡Qué divertido!

Construir recuerdos toma tiempo. Nuestros mejores recuerdos se han originado en los tiempos prolongados que pasamos juntos. Si hubiéramos podido llegar al géiser Old Faithful en treinta minutos, dudo que hoy lo recordaríamos.

Los recuerdos están hechos de diversas aventuras. Muchos de nosotros entramos en la rutina y no nos damos cuenta de las muchas formas maravillosas de compartir en nuestras vidas. Bárbara y yo acampamos durante nuestra luna de miel; nos cayó nieve y casi morimos congelados; pero yo “salvé el día” uniendo las cremalleras de nuestros sacos de dormir. Desde entonces hemos viajado a lo largo de casi todos los Estados Unidos y a sitios lejanos como Sudáfrica, Kenia, Egipto, Austria, Israel, Francia y Estonia, entre otros.

Existen recuerdos que son planeados y otros que son sorpresivos. Asegúrate de crear tradiciones cuando la familia se reúne para las fiestas. Los aniversarios y los cumpleaños deben ser celebrados con la misma importancia que le damos a fiestas como Acción de Gracias o el Día de la Independencia. Al darle importancia a tu aniversario de bodas, no solo honras a tu pareja, sino que, también envías un fuerte mensaje a tu familia y allegados sobre la importancia de tu pacto matrimonial. La celebración de los cumpleaños es el día del año cuando cada homenajeado debe sentirse totalmente especial, honrado, apreciado y amado.

Es bueno planear unas excelentes vacaciones. Los recuerdos se construyen mientras creamos tradiciones familiares; pero pon atención a esos recuerdos únicos: En medio de una noche de invierno se fue la electricidad y terminamos cocinando la cena en la chimenea. No pierdas tus habilidades de espontaneidad e impulsividad.

Los recuerdos son para celebrar. Un recuerdo no es un recuerdo si no se habla acerca de él; si no se miran las fotografías, se ríe o se llora con él. “Recuerdas cuando…” puede ser una alegre introducción para una conversación familiar. Una de nuestras preguntas favoritas para visitar el pasado, como pareja o familia es: “Si pudieras guardar solo un recuerdo de todos nuestros años juntos, ¿cuál sería? ¿Por qué?

Captura de recuerdos

Estoy agradecido de que Bárbara se haya hecho la sanadora e historiadora de la familia. Tú o tu esposa deben asumir ese papel; si no lo hacen, olvidarán miles de recuerdos.

Un cierto número de registros y documentos ayudan a que los recuerdos perduren. Tomar fotografías o videos es una buena forma de hacerlo; pero también el guardar los programas de los conciertos, artículos del periódico y cualquier objeto que grabe y preserve el recuerdo. La creatividad abre la puerta a muchas posibilidades.

Varios de los estantes en nuestra casa están dedicados a álbumes familiares. La colección empieza desde que éramos solteros y luego continúa, desde 1972, con un álbum para cada año. Cada página única e irremplazable registra la historia “oficial y autorizada” de nuestros primeros años como matrimonio y de los recuerdos de nuestra familia.

Y esto no se ha acabado:  ¡Todavía construímos recuerdos y hacemos álbumes!


Adaptado de Starting your Marriage Right [Comenzando bien tu matrimonio] © 2000, ©2019 Español.  Dennis y Bárbara Rainey. Editorial Thomas Nelson.

Volver arriba