Querido Set:

Tú y yo ya nos hemos conocido el uno al otro por cuatro años. Apenas estabas en noveno grado cuando nuestras familias se unieron. Después de pasar por tantas crisis emocionales, luego de la pérdida de tu madre, tuviste dificultades con la escuela y las amistades. Recuerdo cuán preocupada estaba cuando viniste a vivir conmigo y empezaste con una nueva escuela, después de que tu papá y yo nos casamos.

Sin embargo, he visto cómo tu hombría florecido, convirtiéndote en todo un hombre. Ha sido necesario dejar muchas cosas atrás para encontrar tu verdadera identidad. Pero en la comunidad te has ganado la reputación de ser un caballero de espíritu tierno. Estoy orgullosa de la persona que has llegado a ser, y anhelo ver lo que Dios va a hacer a través de ti, durante esta siguiente etapa de tu vida.

Hace poco, asististe a una ceremonia para honrar a los graduandos de la secundaria. El orador dio un maravilloso consejo; el mismo consejo que Jesús dio a sus seguidores: ““Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y ama a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10:27).

La verdad es que no hay mejor consejo que ese al egresarte. La persona que sigue estas directrices será capaz de abordar las grandes decisiones y conflictos de la vida con paz y confianza.

Desafortunadamente, el tiempo del orador era limitado, y no pudo explicar con profundidad lo que esas directrices significan para ti en términos prácticos. No todos saben cómo amar a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. No todos entienden cómo amar a su prójimo como a sí mismo. Estoy convencida de que esta es una de las mayores falencias de la iglesia moderna.

De modo que este será mi desafío de graduación para ti: Amar a Dios y amar a los demás, pero hacerlo de la manera bíblica.

La definición del amor

¿Cómo definirías el amor? ¿Un sentimiento romántico? ¿Una conexión de amistad?

No es ninguna de esas cosas.

La imagen de amor de Hollywood, incluso del amor familiar, siempre es presentada como egocéntrico y emocionante. Sin embargo, el amor real se caracteriza por el desinterés y el compromiso. Permíteme explicarlo.

Primero, amar es un verbo. Requiere de acción. No es algo que tú sientes; es algo que tú haces. El amor no es perezoso. Si estás en una relación en la que siempre eres tú quien recibe atención, sacrificio y regalos, entonces tú no amas a esa persona. Esa persona te ama a ti.

Segundo, el amor es una decisión. Nadie te puede obligar a amar, y nadie te puede obligar a no amar. Jesús nos instruye a amara incluso a nuestros enemigos. Si alguien pudiera forzarnos a no amar, seguramente sería un enemigo. Pero dado que el amor es una decisión, las acciones de otra persona no pueden impedir la decisión que has tomado. Tú eliges perdonar. Tú eliges pasar por alto las ofensas. Tú eliges devolver gentileza por ofensas. Podrán venir sentimientos de dolor, ira o resentimiento, pero tenemos control total sobre nuestra manera de responder.

El amor es externo. Si nunca demuestra tu amor con acciones, ¿Cómo puedes decir que amas? Eso no solo es cierto para las relaciones físicas. También es cierto de nuestra relación con Dios.

Amar a Dios

El primer y más importante mandamiento en Lucas 10:27 es amar a Dios. Un pensaría que esto es algo que todo cristiano sabe. Pero a menos que nuestras acciones comprueben nuestras palabras, no hay amor verdadero.

Un amigo dijo una vez: “Me molesta cuando la gente dice: ‘Dios es mi prioridad’. No debería ser una prioridad. Debería ser el fundamento central da coherencia a cada aspecto de mi vida”.

Piensa en lo que Jesús dijo: Ama a Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas. Él está diciendo que todos nuestros pensamientos, todas nuestras energías, todos nuestros sentimientos y todos nuestros propósitos en la vida deben glorificar a Dios.

Eso significa pensar en Dios todo el tiempo.

“Seguro que no quieres decir todo el tiempo. ¿Aun durante los partidos de fútbol?”

Sí.

“¿Y durante las clases?”

“¿Y cuando salgo pasear con una chica?”

¡Especialmente cuando sales con una chica!

En todos los partidos de fútbol, hazte la pregunta, ¿qué tipo de comportamiento le agrada a Dios? Anima a tu equipo y demuestra buen carácter, ganen o pierdan. No te emborraches ni hagas un escándalo. Sé el ejemplo de Cristo que quieres que los no cristianos vean.

En clases, busca oportunidades de compartir la verdad con tus profesores y compañeros. Discierne la cosmovisión de lo que enseñan. Considera si aquellas filosofías se alinean con las Escrituras. Analízalo todo.

Considera cómo tu carrera te preparará, no solo para la vida, sino también para la Iglesia. ¿Qué puedes hacer con tu grado académico que te hará útil en el Reino?

En las citas románticas, trata a la joven de la forma en que Dios quiere que trates a una hermana en Cristo. Honras a Dios al honrarla a ella. Y si no es tu hermana en Cristo, ¡no salgas con ella! El matrimonio es la institución más sagrada que existe, y el propósito de las citas románticas es precísamente para saber si deben casarse. Si no es cristiana, no la consideres como candidata.

Amar a los demás

Hoy en día, una gran práctica es comprar en lugares que prometen alimentar a los hambrientos o llevar agua a un pueblo. Comer en el restaurante Tacos for Life o usar zapatos Toms son gestos emotivos, pero en realidad estas son formas de ayudar a otros a demostrar amor? ¿Qué estás haciendo para amar la gente en tu vida ahora? ¿Qué estás haciendo por la gente que te rodea a diario?

Éstas son algunas de las oportunidades que tienes.

Ama a tu familia. Honra a tus padres. Esto fue tan importante que Dios lo colocó como uno de los Diez Mandamientos. Perdona, demuestra gracia, no te aproveches. No dejes atrás tu familia, sino danos algo de ti mismo. Tu hermanito y hermanita te están observando. ¿Qué quieres que ellos aprendan?

Ama a tus amigos. Cuando alguien esté enfermo, llévale una sopa y medicamento. Cuando a alguien no le vaya bien en la universidad, ayúdale a estudiar. Cuando alguien tenga el corazón roto, déjalo llorar en tu hombro. Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran (Romanos 12:15).

Ama al que es difícil de amar. Éstas son las personas que nadie nadie quiere estar con ellos. Invítalos a un paseo con tu grupo de amigos. Siéntate con ellos en la iglesia y en la cafetería. Nunca dejes que alguien los trate con crueldad, especialmente una persona brusca que busca a quien intimidar.

Ama al perdido. No hay amor mayor que regalarle el evangelio a alguien. Invita a nuevos amigos a la iglesia. Lee tu Biblia para aprender las respuestas a sus preguntas. Y no tengas miedo de compartir tu testimonio de cómo conociste a Cristo. Escucharán que estabas quebrantado, herido y vacío, y que Cristo llenó tu vida con propósito y alabanza. Tu testimonio es la herramienta más poderosa que posees.

Lo que no es el amor

Una perspectiva en nuestra cultura piensa que el amor es aceptar todo lo que ves y escuchas. Es la creencia de que no existe lo correcto o lo incorrecto, sino solo lo que es correcto para cada persona. Pero el amor entrega lo que uno necesita, no lo que les haga sentir bien. Un doctor a veces tiene que llevar a cabo un procedimiento que le causa dolor al paciente, pero que produce sanación. Y un cristiano a veces tiene que comunicar verdades bíblicas que le causen dolor a alguien, pero para producir la realidad de paz, amor y gozo.

Cuando tú dices la verdad, hay gente que reclamará que tu desacuerdo te hace un incitador al odio. “Eso no es actuar como Jesús”, dirán. Pero recuerda que Jesús fue el que volcó las mesas en el templo. A veces, amar es defender por lo que es correcto, incluso cuando no es la perspectiva popular. Únete la tradición de John Wycliffe, Martin Luther King, Jr. y Dietrich Bonhoeffer, y procede con valentía.

Set, no hay muchos hombres cristianos en nuestro mundo resueltos a vivir su fe, y el país está sufriendo por eso. No tienes que ser el tipo que lleva un cartel y predica en la calle para ser un hombre santo. Sino que un carácter de santidad debe fluir por medio de todo lo que hagas o digas, en privado y en público.

Ahora comienza tu independencia. Nadie te tendrá tomado de la mano. Pero el Espíritu Santo estará ahí para guiarte en amor. Él está moldeando tu corazón; diciéndote lo que es correcto e incorrecto. No lo ignores. Escucha la voz del Señor y benefíciate de Su sabiduría. Él nunca te decepcionará.


Copyright © 2017 por Sabrina McDonald. Todos los derechos reservados.

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